Más de 700 días sin la figura de Antonio Escohotado

21 Nov Más de 700 días sin la figura de Antonio Escohotado

Daniel Pedrero Rodríguez

Hace cinco años recibí por WhatsApp un video corto en que un señor describía a la perfección lo que es la educación, entendida como cortesía y respeto. Idea que sobrepasa al concepto de educación como formación y cultivo de la mente, no por ser superior, sino porque lo engloba. Sus palabras me conmovieron y movieron mi curiosidad por averiguar. Descubrí que ese señor de claro hablar y profundidad conceptual era nada más y nada menos que el español Antonio Escohotado: filosofo, jurista, historiador, profesor y ameno conversador. 

Ese video resultó ser un fragmento de una entrevista que le hizo Fernando Sánchez Dragó sobre su libro 60 Semanas en el Trópico. El momento exacto es el siguiente:

«Un país no es rico porque tenga diamantes o petróleo, un país es rico porque tiene educación. Educación significa que, aunque puedes robar, no robas. Educación significa que tú vas paseando por la calle, la acera es estrecha y tú te bajas y dices “disculpe”. Educación es que, aunque vas a pagar la factura de una tienda o un restaurante, dices “gracias” cuando te la traen, das propina, y cuando te devuelven lo último que te devuelvan, vuelves a decir gracias. Cuando un pueblo tiene eso, cuando un pueblo tiene educación, un pueblo es rico. O sea, en definitiva, la riqueza es conocimiento y sobre todo un conocimiento que le permite el respeto ilimitado por los demás». 

No tuve la oportunidad de conocerlo, mas sí su obra. Comencé a seguir su canal de YouTube cuando tenía menos de 3.000 seguidores y hoy en día tiene casi 200K. Hombre que dedicó su vida al conocimiento y que invitaba a amigos y extraños a hacer lo mismo. Bien lo dijo en uno de sus múltiples videos: “Hacer lo que piensas y pensar lo que haces”. Su obra audiovisual solo es superada por su obra escrita, de la cual resalto los tres tomos de Los Enemigos del Comercio: una Historia Moral de la Propiedad Privada. Magnifica síntesis de como las malas ideas, aun con buenas intenciones, pueden llevar a catastróficos resultados. Nos lo advierte con palabras claras: “La insolencia de querer crear el paraíso en la tierra consigue la forma más parecida al infierno.”

La profundidad de su conocimiento se acompañaba de su ameno hablar y escribir, haciendo placentero escucharle y leerle. Ser su alumno digital desarrolla la curiosidad por aprender, uno de los puntos nodales del corpus de su obra, y permite buscar interrelaciones donde antes no las hubiese uno imaginado. Fue defensor de la realidad y enemigo del simplismo; por lo mismo amigo de la libertad y paladín de la responsabilidad:

«Pensar que libertad es hacer lo que me da la gana es ser tonto», aseveraba con rotundidad. Hegel decía, libertad es conciencia de la necesidad. Montesquieu muy bellamente enunciaba: libertad es poder hacer lo que debemos. Luego, hay farsantes que dicen que libertad es no tener límites. ¿Dónde encuentra usted eso?… La vida es pura exigencia, límites. Una libertad que no sea responsabilidad es fraude.

Leer sus libros y artículos, escuchar sus conferencias y ver sus videos es darse cuenta de que el conocimiento que no viene acompañado de sencillez intelectual es arrogancia e inmovilidad, que alimenta una soberbia que elimina toda posibilidad de asombro, base de la curiosidad. La arrogancia es enemiga de la libertad por ser un obstáculo del aprendizaje. Nos lo recordó en varias ocasiones: “Quien no cambia de idea nunca, está muerto” y “Del asombro viene la curiosidad y de la curiosidad viene la tenacidad en el estudio”. 

Él mismo cambió de idea en entrevistas en vivo, ante la fuerza aplastante de la realidad misma, la cual era su guía y destino. Hoy, cuando se cumplen dos años de su deceso, podemos decir con tranquilidad que ha alcanzado la inmortalidad. Un adiós a Antonio Escohotado, profesor de todos aquellos con curiosidad de averiguar qué significa ser amigo de la libertad.